
Ala Kachuu, una expresión que seguramente sea poco conocida para la mayoría de las personas de nuestro país, es, por el contrario, una realidad muy presente para las mujeres y adolescentes de algunos países del mundo.
Ala Kachuu, tomar y volar, atrápala y corre, es una expresión que se utiliza en Kirguistán , ex país miembro de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, y que refiere a la práctica del Rapto de la Novia, la cual no posee ningún significado oculto más que lo entendible por el propio nombre.
Esta práctica, que históricamente ha estado presente en muchas realidades del mundo en países como México, o Chechenia, también existe en la vida diaria de las ex Repúblicas soviéticas, algunos países africanos e incluso en América del Sur, en comunidades dentro de las tribus de la Amazonia.
Antiguamente, en algunos siglos atrás, las mujeres en estos países eran secuestradas a caballo para ser obligadas a contraer matrimonio con sus secuestradores, hoy, en pleno siglo XXI, y aunque resulte difícil de entender, esta práctica continúa existiendo y constituye un 60% de la totalidad de matrimonios concretados en países como Kirguistán.
Es menester destacar que la información de fácil acceso sobre estos temas no abunda y que por causa de eso esta situación no resulta tan visible o presente para esta parte del continente. Pero lo cierto es que desde el siglo XX y, con la anexión a la Unión de Republicas Socialistas Soviéticas de países como Kirguistán, Uzbekistán o Kazajistán, la tendencia a contraer matrimonio por estos medios cobró un dinamismo difícil de controlar, especialmente, en países en los que las costumbres toman una dimensión de formalidad tan grande que se constituyen, en algunos casos, en una suerte de derecho consuetudinario.
Atrápala y corre
Si bien no existe una forma única para llevar a cabo esta práctica, en la mayoría de los casos la táctica es la misma, pudiendo haber algunos matices, dependiendo muchas veces de si el rapto se produce en una ciudad o en algún pueblo. Generalmente la novia es escogida por la familia del futuro novio (secuestrador de la mujer) en base a criterios diversos, situación económica, prestigio social, etc., y se acuerda el rapto con familiares o amigos del novio (secuestrador), pudiendo también contratarse a personas a cambio de dinero para realizar el acto.
Ya sea en la calle, manejando un auto, o en la propia casa de la joven, cuando esta se pueda encontrar sola, los secuestradores realizan el rapto siendo este muchas veces a plena luz del día y la trasladan a la casa de la familia del futuro novio para intentar convencerla, mediante hostigamientos verbales y físicos de que se resista a la huída y acceda al matrimonio forzoso.
Es dable destacar que en países como Kirguistán basta con que la mujer pase una sola noche fuera de su casa para que su honra sea tirada al piso y su imagen, ante los ojos de la sociedad, quede completamente manchada, no pudiendo contraer matrimonio con nadie más ya que termina convirtiéndose en una mujer repudiada por la sociedad.
Debemos entender que en muchos pueblos de este país y de otros donde esta práctica existe, las posibilidades de empoderamiento económico son casi inexistentes para el género femenino y las mujeres, aun después de la niñez, son dependientes económicamente de su familia sanguínea o de la familia de sus maridos, razón por la cual una mujer repudiada por la sociedad queda a merced de un destino incierto.
Es por esta razón que, en paralelo al secuestro, la familia del secuestrador intenta sobornar a la familia de la joven secuestrada para comprar su visto bueno y de esa forma obtener la aprobación del casamiento. Muchas veces, dependiendo de la situación económica de la familia y el lugar donde se produce el rapto, los sobornos se realizan con dinero o simplemente con algún animal que servirá de comida para la familia, que en muchos casos son constituidas por varias bocas para alimentar.
La huída, o no…
Además de las negociaciones con la familia de la joven secuestrada y los hostigamientos que la familia del secuestrador le proporciona a la joven, la realidad se ennegrece aun mas para esta si no logra escaparse rápido, ya que en la mayoría de los casos, el secuestro viene acompañado de la violación de la mujer para que una vez que se la debilita, mental, emocional y físicamente, termine desistiendo de la idea de recuperar su libertad.
No resulta muy difícil llegar a desistir de la esperanza de un futuro mejor y en libertad, teniendo presente que lo que la sociedad le puede ofrecer bajo sus condiciones es el desprecio y nulas posibilidades de empoderamiento, no viendo ninguna otra salida posible más que la resignación y el matrimonio con su secuestrador.
Cuando la mente llega a un punto de quiebre donde la lógica y la razón se anulan, cuando el cuerpo la acompaña en el cansancio exhaustivo y cuando los sentimientos no encuentran consuelo, es allí que aparece el deseo de morir, y es allí donde la victima termina optando por quitarse la vida, incluso en los casos de aquellas que lograron huir de la familia secuestradora.
Pero ¿qué pasa con aquellas que son secuestradas teniendo una relación amorosa con algún hombre?, lo cierto es que los novios reales de estas mujeres secuestradas, es decir, los elegidos por mutuo consentimiento, no tienen voz ni voto en la situación, ya que, la mujer pertenece a su familia sanguínea siendo esta la que toma las decisiones sobre la vida de la joven.
Unas sí, ¿y otras?
Resulta interesante reflexionar sobre el impacto de estos acontecimientos en el mundo en la visión global y el accionar entorno a estas situaciones. Si hablamos de secuestros masivos de mujeres que son obligadas a contraer matrimonio mediante la fuerza, hace solo algunos años el mundo se horrorizaba por los secuestros de cientos de mujeres, niñas y adolecentes que eran secuestradas por grupos terroristas como Boko Haram en Nigeria o el archiconocido ISIS en Siria e Irak.
Sin embargo, los matrimonios forzosos en Kirguistán y los demás países mencionados se suscitan antes y después de Boko Haram y la era de ISIS. Entonces, ¿porqué no hay tanta difusión de estos casos en la prensa internacional en reclamo de estas prácticas a los gobiernos competentes y a la Comunidad Internacional como observador y actor de presión sobre estos temas?
Según el informe de Naciones Unidas, en el marco de la Convención sobre Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer, del 15 de octubre de 2019, en relación al seguimiento presentado por Kirguistán, en lo que respecta a la prevención y sensibilización sobre la práctica del Rapto de la Novia, en los últimos años ha habido un aumento significativo en la difusión de los efectos negativos y de el carácter ilegitimo de esta práctica por parte de los medios de comunicación.
A su vez, esta atención a los raptos ha sido acompañada de campañas divulgativas en la sociedad Kirguís, donde se informa sobre la ilegalidad del rapto y de los matrimonios precoces. Pero todo esto suscita a nivel locatario, en donde, según el propio informe de Naciones Unidas, afirma que, según las fuentes, Kirguistán ha violado la convención de forma sistemática al no prevenir los casos de rapto de mujeres, con el fin de contraer matrimonio, y tampoco ha asistido a las víctimas ni ha enjuiciado debidamente a los autores de este delito.
Más adelante, el informe revela que el Ministerio de finanzas ha informado a las Naciones Unidas sobre su incapacidad de elaborar y aprobar un programa de ayuda de viviendas para las víctimas y sus hijos por el déficit del presupuesto nacional, determinando que la ayuda debe de ser financiada por los autores de los actos, en concepto de daños morales.
Recordemos que Kirguistán, según el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas, en su Documento de Programa para el País, Kirguistán, 2017, menciona la situación económica y manifiesta que la economía de este país es de ingresos medianos y bajos, en donde el índice de pobreza es del 32% y el índice de pobreza crónica se aproxima al 10%.
¿Qué esperar?
Desde el ámbito académico el trabajo para incluir la agenda de género en la currícula de los colegios y universidades continúa. La academia Kirguisa de educación, según el informe de Naciones Unidas del 2019, ha elaborado e incorporado 72 horas de cursos temáticos sobre las cuestiones de género.
Por otra parte, el país cuenta con una asociación de centros de crisis que está compuesta por 12 centros que proporcionan asistencia médica psicológica y jurídica. La misma cuenta con asistencia telefónica las 24 horas así como también con prestación de servicios de hogares de transito, e iniciativas educativas.
Si bien estos aspectos merecen ser destacados y fomentados para continuar la labor en el país, en ayuda a las mujeres, adolecentes y niñas que atraviesan esta situación, sin duda el recorrido es largo y la educación se presenta como pilar sustancial para construir en el colectivo social de la cultura de estos pueblos el derecho a la libertad para el género femenino.
Desde afuera, contribuir a la difusión, dialogo y conocimiento de estas prácticas es un primer paso que, para quienes tienen conocimiento de esta situación, resulta inevitable dar conforme a una búsqueda de derechos globales para el género femenino, en donde los derechos de las mujeres de Kirguistán no deben olvidarse.