
Históricamente las religiones han sido protagonistas estelares en la influencia sobre toma de decisión de las masas. Los discursos provenientes de los líderes religiosos, en todas las religiones existentes, han sido y son una herramienta sumamente importante para influir en el pensamiento y posteriormente en la decisión que los fieles tienen sobre innumerables temas.
Es por esto que en estos momentos en donde el mundo se encuentra sumergido, entre otras cosas, en el gran debate sobre qué, cómo o cuál vacuna aplicar para prevenir la COVID-19, una vez más los discursos religiosos en lo ancho y largo del mundo son un importante factor de influencia en la construcción de un pensamiento a favor o en contra de las vacunas sobre millones de personas.
Desde líderes políticos, respaldados por determinadas estructuras religiosas, hasta líderes religiosos, de diversos credos alrededor del mundo, han realizado distintos discursos en torno a las políticas conspirativas sobre la existencia del virus COVID-19 y sobre la necesidad imperiosa de que todos los países reciban una vacuna que frenaría con los contagios del virus.
Recientemente la cadena BBC de Londres lanzó un video con recopilación de testimonios de distintos líderes religiosos que fueron analizados por investigadores de desinformación, en donde se observan discursos donde afirman que la vacuna es parte de un plan que, dependiendo del ángulo religioso que se trate, pretende suministrar la aplicación de un chip de control, referente a la denominada marca de la bestia, en el libro del Apocalipsis en la Biblia, o bien ser fuente de transmisión de enfermedades como el cáncer o de otros virus como el del VIH.
Asimismo, se habla de la posibilidad de cambiar la orientación sexual por causa de la aplicación de la vacuna, discursos que se sostienen por parte de ortodoxos en Israel, o bien se trabaja la consideración de que la vacuna no cumpliría con los requisitos religiosos de las normativas Kosher o Halal (sellos de calidad religioso del judaísmo y el islam respectivamente).
Todo esto se extiende aún más a través de las redes sociales mediante las cuales no solo los líderes religiosos imparten su visión sino que también los seguidores de esas teorías conspirativas aumentan su propagación e incitan a unirse a los movimientos anti vacunas. Si bien los líderes religiosos que predican estos discursos representan una minoría, lo cierto es que generan un impacto poderoso que requiere un estudio particular.
Ya sea en África, Medio Oriente, Estados Unidos o Latinoamérica los discursos religiosos y políticos de determinados líderes, de ambos sectores, que advierten sobre la conspiración detrás de la vacunación contra la COVID-19 se multiplican entre las comunidades religiosas y esto ocupa y preocupa a una Organización Mundial de la Salud que, por otra parte, incita a la población mundial a vacunarse como única medida de solución para esta nueva realidad global.
Un factor importante a tener en cuenta es la cuestión político-económica que subyace dentro de los intereses de las instituciones religiosas, que alude a las políticas de restricción de eventos que, por otra parte, generan fuertes polémicas, en un momento en donde la fe y la congregación religiosa cobran una necesidad mayor.
Lo cierto es que no siendo ajenos a la crisis económica mundial, producto de la COVID -19, los centros religiosos, en diversos lugares, se ven fuertemente afectados con la disminución de recursos económicos por la falta de congregación. Esto es un factor determinante que genera presión sobre los gobiernos y aún más sobre aquellos líderes políticos que reciben apoyo religioso para generar mayor cantidad de votos.
Sin embargo, esta realidad ha ocasionado discusiones entre los líderes religiosos ya que, lógicamente, no todos predican un discurso contrario a la vacunación y muchos de ellos manifiestan preocupación en torno a sus pares que incitan a colocarse en una postura contraria a lo que la Organización Mundial de la Salud recomienda.
Por otra parte, la influencia de determinados líderes políticos que utilizan discursos religiosos para reforzar su determinación en contra de las políticas de aislamiento o la flexibilización ante los mecanismos de vacunación, refuerza en sus seguidores la actitud de protesta que convoca a manifestaciones en contra de este tipo de medidas.
Un claro ejemplo de esto se ve en Brasil, en donde Bolsonaristas salen a las calles semanalmente para pedir la renuncia de sus gobernadores y manifestar el apoyo al presidente Brasilero, Jair Bolsonaro. Esto mismo también se ha podido ver en Estados Unidos con los seguidores del ex presidente Donald Trump, ambos presidentes con gran apoyo de las iglesias evangélicas.
Esta situación de controversia entre la necesidad de detener la propagación del virus a través de la vacunación y el rechazo por miedo u otros factores por parte de millones de personas, en los distintos países, representa un problema que no pareciera tener una solución a corto plazo. Esto último convoca a una reflexión sobre las nuevas medidas de seguridad que cobrarán vigencia a partir de la vacunación masiva, sobre todo en lo referente a políticas transfronterizas para trasladarse de un país a otro o inclusive de un estado a otro dentro de un mismo país.
Sumado a esto la situación que se presenta sobre los países que no producen una vacuna contra el virus y que por tanto mantienen una situación de dependencia hacia aquellos países que si la poseen, es también otro de los factores más importantes en esta realidad que sin dudas no solo refleja y realza, aún más, esa situación y la falta de desarrollo económico, sino que también se presta para continuar ejerciendo políticas de dependencia geoestratégica.
Sin dudas que en estos momentos la óptica con la que se mira la realidad varía notoriamente dependiendo en el lugar dentro del globo terrestre en donde cada individuo se encuentre. Pensar esto, a mi entender, no es menor ya que nos permite pensarnos desde afuera del mundo para observar con detenimiento como la realidad pudiera ser mejor o peor a la propia dependiendo el lugar a situarse.
Frente a un contexto mundial, en donde la posibilidad de sobrepasar la pandemia se encontraría en el acceso a la vacunación, siendo que esta no es accesible a todo el planeta por igual, pensar en el valor del acceso a la misma, al tiempo de apostar al camino que, por otra parte, históricamente ha sido el recorrido frente a otras enfermedades, es, sino una obligación, una necesidad.