¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN AFGANISTÁN?

Por María Camps. Argentina

Foto extraída de Latercera.com

El pasado 15 de agosto las fuerzas talibanas tomaron el poder de Afganistán, luego de que Asharf Ghani abandonara el país para huir del avance de este grupo (Infobae, 2021). Por esta razón, en los últimos días la situación que se vive en Afganistán es tema principal en las redes sociales y medios de comunicación en todo el mundo. El escenario que se presenta a raíz de la desintegración del gobierno en Kabul, capital del país, y el ascenso del grupo armado Talibán, generan, entre otras cosas, una gran incertidumbre sobre el futuro del pueblo afgano en general y de las mujeres en particular, en donde ya comenzamos a ver una amplia disminución de libertades y derechos que, aunque con muchas restricciones, algunas mujeres afganas han logrado conseguir en las últimas décadas.

¿QUIÉNES SON LOS TALIBÁN Y CÓMO LLEGARON AL PODER?

Para poder comprender los sucesos que se están viviendo en esa región del mundo, es necesario que conozcamos quienes son los Talibán y de donde surgen. El grupo Talibán emerge en la década de 1990, en un contexto de guerra civil, producto de la salida de los soviéticos de Afganistán en el año 1992, quienes estaban ocupando el país desde la década de 1980 (Aljazeera, 2021). Los Talibán se constituyen como “un movimiento político y paramilitar afgano” de ideología fundamentalista islámica con una formación de base en las madrazas (escuelas islámicas) desde una perspectiva radical del islam, perteneciendo a la rama suní de esta religión y provenientes, en su mayoría, de la etnia pastún, partidarios de aplicar de forma radical los principios del islam en los ámbitos político, legal y social” (El Orden Mundial, 2021). En 1996 acceden al poder mediante la toma de Kabul, y gobiernan en Afganistán hasta el año 2001, cuando las fuerzas norteamericanas intervienen el país luego del atentado a las Torres Gemelas (Aljazeera, 2021) en septiembre del mismo año.

Los recursos de los que se vale el grupo Talibán, provienen de diversas fuentes. La mayor parte de su financiación deriva del control de los campos de producción de opio (Infobae, 2021) y de la fabricación de heroína, la cual tiene como principales mercados a Europa y Medio Oriente (France24, 2021). A su vez, otra de las fuentes importantes de financiamiento proviene del control de los pasos fronterizos y los impuestos que cobran por el comercio en estas zonas. Su papel en la economía informal les ha brindado una considerable cantidad de recursos (Findlay, 2021)

INTERVENCIÓN DE OCCIDENTE

La intervención militar de Estados Unidos y sus fuerzas aliadas buscaba acabar con aquellos quienes cooperaban en la protección de la figura más relevante en los atentados del 9-11, Osama Bin Laden, quien se estaba escondiendo en Afganistán con protección de los Talibán,  y a quien se lo consideraba la cabeza maestra del atentado del 11 de septiembre (Aljazeera, 2021). Para finales de 2001, el ejército norteamericano ya había derrotado a las fuerzas talibanas, empero, no pudieron eliminar completamente a este grupo, por lo que nunca desapareció del escenario y continuaron enfrentándose al ejército afgano y a las fuerzas occidentales. (Aljazeera, 2021). Hoy, después de 20 años, los Talibán han retomado el poder producto de la retirada de las fuerzas armadas estadounidenses.

            La guerra de Afganistán duró 20 años y dejó a un país devastado con más de 40.000 civiles muertos en ataques, al menos 64.000 militares y policías afganos y más de 3.500 soldados internacionales fallecidos (Aljazeera, 2021). Esta fue la guerra más larga en la que estuvo involucrado Estados Unidos, costándole un total de 1 trillón de dólares, y aun así no se lograron los resultados esperados, así como tampoco pudieron generar una mejora sustancial del pueblo afgano. Si bien se han alcanzado algunas mejoras en lo que respecta al desarrollo humano, la corrupción y la inseguridad reinan en el país (Calvillo Cisneros, 2020). Otros de los fracasos de las fuerzas occidentales se vincula a la consolidación del ejército agano, quien se desintegró en el transcurso de unos pocos días, frente al avance talibán (Arguelles, 2021).

            Frente al fracaso que significó la guerra para Estados Unidos, que lo único que consiguió con su intervención militar fue asesinar a Osama Bin Laden (Hispan TV, 2021), el presidente Joe Biden anunció que las tropas norteamericanas serán retiradas del país antes del 11 de septiembre (Valero, 2021). Acto seguido al comienzo del retiro de las tropas, los Talibán tomaron la ofensiva y luego de un avance sostenido en el que fueron ocupando localidad por localidad, el 15 de agosto tomaron la capital del país, Kabul, instaurando un nuevo régimen. Para el 17 de julio, un mes antes de la toma de Kabul, el grupo islamista ya controlaban 221 distritos y 113 distritos estaban bajo control del gobierno pero largas áreas de estos estaban en manos de estos otros (Roggio, 2021). La vuelta de este grupo armado al poder pone fin “a una campaña de dos décadas en la que Washington y sus aliados habían prometido traer la paz para la nación devastada por la guerra” (HispanTv, 2021).

EVACUACIÓN DE AFGANISTÁN

Foto extraída de BBC Mundo

            El pueblo afgano está viviendo una situación de incertidumbre y de miedo, producto de la vuelta al poder de las fuerzas talibanas, lo que ha llevado  al menos 28.000 personas a ser evacuadas del país. A su vez, según la administración de Biden, todavía quedan alrededor de 15.000 norteamericanos y 50.000 afganos aliados para evacuar (Melimopulos y Chughtai, 2021). Esta situación  ha dejado unas imágenes impactantes en el aeropuerto de Kabul, las cuales tuvieron una inmensa repercusión mediática internacional, siendo difundidas por todas las redes sociales y medios de comunicación, y alarmaron a la comunidad internacional en su conjunto.

            Una de estas imágenes se vivió en el aeropuerto de Kabul cuando cientos de personas corrían tras un avión que estaba por despegar, algunas de ellas se aferraron al tren de aterrizaje, dejando como resultado la muerte de algunas personas que no se soltaron y cayeron al suelo cuando el avión estaba tomando altura (Ámbito, 2021). Otra de las imágenes más impactantes es la del avión militar estadounidense transportando a 640 civiles afganos, superando la capacidad permitida. Muchas de estas personas entraron desesperadas por la rampa semiabierta del avión, y los soldados norteamericanos decidieron permitirles quedarse (BBC News Mundo, 2021). El avance Talibán nos dejó imágenes de la población afgana guiada por la desesperación y miedo, con el único objetivo de escapar del país. 

            Ante esta situación, la posibilidad de una crisis de refugiados está sobre la mesa y Europa ya está cerrando sus puertas para evitar la llegada de irregulares flujos migratorios (Aljazeera, 2021). Frente a esto, los países europeos están implementando la estrategia de ayudar a los países vecinos de Afganistán, para que sean estos quienes reciban los flujos de evacuados (Aljazeera, 2021).

  LA SITUACIÓN DE LAS MUJERES Y EL ROL DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL

Foto extraída de BBC.com

            La vuelta al poder de los Talibán despertó preocupaciones en el pueblo afgano que teme que vuelva a repetirse la historia desde 1996 a 2001, y ha puesto en alarma a todas las mujeres a lo largo del país. Esta situación también preocupa a la comunidad internacional por la inminente retomada de una situación mayor de vulnerabilidad de los derechos de las mujeres. El Departamento de Estado de Estados Unidos publicó una Declaración el 18 de agosto firmada por la Unión Europea y otros 19 Estados, entre ellos el Reino Unido, Argentina y Brasil. En esta declaración se asienta la preocupación por las niñas y mujeres afganas, y sus respectivos derechos a la educación, trabajo y libertad de movimiento, A su vez, se insta al nuevo gobierno afgano a garantizar su protección y se establece que serán monitoreadas de cerca las acciones del gobierno en lo que respecta a estos temas.

En este sentido, bajo la presión internacional y el énfasis puesto en la situación afgana, el pasado 17 de agosto se realizó la primera conferencia por parte del nuevo gobierno Talibán. En la misma, mencionaron que no va a haber discriminación hacia las mujeres y que el nuevo Emirato Islámico está “comprometido” con los derechos de las mujeres pero dentro del marco de la Sharia, (ley islámica) ya que las mujeres de Afganistán son musulmanas (Aljazeera, 2021). A pesar de estas declaraciones en las que se intentó calmar a la población y a la comunidad internacional y brindar una imagen de un Talibán “cambiado”, las mujeres afganas desconfían de que estos cumplan con su palabra, y temen que sus derechos adquiridos les sean arrebatados. La razón de este miedo y desconfianza radica en la brutalidad del régimen Talibán instaurado en 1996. Durante su pasado gobierno, los Talibán  impusieron un régimen que atentaba contra los derechos de las mujeres. Se establecieron una “serie de normas que definían de hecho las condiciones de vida de las mujeres, que creaban una situación de inseguridad constante y que provocaban miedo a participar de cualquier modo en la vida pública” (Ruiz Arévalo, 2015 p.13).

            Entre las restricciones impuestas a las mujeres se encontraban la imposibilidad de trabajar fuera del hogar, salvo excepciones; no poder salir a la calle sin un acompañante masculino, se limitó el acceso de la mujer a la sanidad pública y se cerraron un importante número de escuelas. A su vez, eran obligadas a contraer matrimonio con combatientes del régimen, eran secuestradas y esclavizadas sexualmente, lapidadas por acusaciones de adulterio, entre otras atrocidades (Ruiz Arévalo, 2015). El régimen Talibán colocó a la mujer en una situación de inferioridad y sumisión, y la despojó de cualquier tipo de derechos y libertades. Por esta razón, los Talibán  en el poder no resulta un panorama alentador para las mujeres.

            Luego de que estos  fueran derrotados en el 2001 por las fuerzas norteamericanas y sus aliados, se inició un período de conquista de derechos por parte de las mujeres afganas. Se firmaron tratados internacionales, como la Convención para la Eliminación de todas las Formas de Violencia contra las Mujeres, así como la inclusión de artículos claves en la Constitución de 2004, que proclamaban la igualdad de mujeres y hombres, y se les brindaba un espacio para participar en la vida política (Ruiz Arévalo, 2015). Progresivamente, durante las últimas dos décadas, la situación de la mujer en Afganistán mejoró, pero estos avances no se dieron de igual manera a lo largo de todo el territorio afgano. Tal como comentan Jennifer Fluri y Azadah Raz a Newtral.es (2021), hay mucha desconexión entre los progresos en materia de derechos y mujeres de diversas zonas del país, sobre todo las zonas rurales donde el progreso apenas llegó. Además, mencionan que no todas las mujeres sufren opresión y cuentan con derechos de la misma manera, esto está ligado a la etnia, clase social, la localización, que puede ser zona urbana o zona rural, y, por último, el estatus familiar.

            En vistas de esto, aunque los Talibán se han presentado en esta oportunidad como “moderados” o que han cambiado en su postura sobre el lugar de las mujeres, hay reportes de que las mujeres afganas están siendo forzadas a casarse con combatientes, renunciar a sus trabajos y soportar palizas públicas (Mogahed, 2021).  Sin embargo, hay que tener en cuenta, que ante la salida de Estados Unidos, China y Rusia tienen camino libre para entrar en la escena, y esto puede afectar al nuevo régimen y ser pieza central en el tablero de juego y en las tomas de decisiones sobre los derechos de las mujeres y otros temas que el régimen deberá definir en el corto plazo.

Dicho esto, el panorama no está claro y lo que les espera a las mujeres en Afganistán aún está por verse, aunque se podría esperar que la historia se repita.

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