EL SAHEL COMO CAMPO DE DISPUTA: FRAGMENTACIÓN ESTATAL Y ACTORES INTERNACIONALES

Por Valentina Di Paola. Córdoba, Argentina

Water Crisis – African Women Finally Getting Fresh Water. Candid Picture of African children drinking and playing with water in Bamako, Mali. https://www.openglobalrights.org/humanitarian-crisis-sahel-worsening/?lang=Spanish

Introducción

La región del Sahel se ha convertido en una de las zonas más vulnerables del planeta en las últimas décadas. Múltiples factores como el cambio climático, la inseguridad alimentaria, los conflictos armados, el avance del terrorismo y el debilitamiento de las instituciones estatales han generado una profunda crisis en la región. Este artículo se propone analizar aquellos desafíos que enfrenta el Sahel, además de comprender el papel que pueden desempeñar actores globales como la ONU y la Unión Europa en búsqueda de soluciones a largo plazo.

Geografía, conflicto y circulación

El Sahel constituye una zona geográfica ubicada entre el Golfo de Guinea y el norte de África, separado de este último por el desierto del Sahara. Los países que forman parte del Sahel son los siguientes: Mauritania, Senegal, Malí, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Chad, Sudán, Eritrea y Etiopía. Sin embargo, en la actualidad, persiste una dificultad en torno al análisis de la situación de la región debido a la complejidad de definir sus límites territoriales.

A diferencia de las definiciones que lo caracterizan como una zona bioclimática o sin gobierno, otros enfoques o autores de la actualidad, lo comprenden como un “espacio de circulación”, es decir, un cruce estratégico de relaciones entre el norte y el oeste de África, y estrechamente vinculado al Sahara.

Contexto histórico y económico

Antes de la colonización (europea) en el contexto de la Repartición Africana tras la conferencia de Berlín (1884-1885), el Sahel constituía el centro de una red comercial que vinculaba el norte y el oeste del continente. Distintos imperios (como el de Ghana o Malí) construyeron su poder político y económico en torno al control de rutas comerciales que atravesaban el desierto. Estas rutas estaban destinadas al intercambio de bienes y esclavos. Además, era una zona en la que nómadas y sedentarios convivían pacíficamente y se complementaban, ya que los nómadas controlaban las rutas de comercio y los sedentarios se dedicaban a gestionar tierras de cultivo y mercados urbanos.

Sin embargo, con la llegada de potencias coloniales, en especial Francia, el Sahel adoptó una lógica europea que impuso fronteras, clasificó a las poblaciones como sedentarias y nómadas e intentó ordenar el espacio según criterios bioclimáticos. En cuanto a la clasificación de las poblaciones como sedentarios y nómadas, se consideraba ahora a los primeros como productivos, mientras que se percibía a los nómadas como difíciles de controlar. Por ello, se promovió la agricultura fija y se restringió la movilidad a partir de la definición de territorios y mapas en pos de reducir la movilidad que había caracterizado durante siglos a las comunidades locales.

Tras la independencia en los años 60, muchos Estados africanos mantuvieron las políticas coloniales, percibiendo el sedentarismo como medio para lograr la modernización. Sin embargo, en las décadas de 1970 y 1980 las severas sequías causaron desplazamientos masivos, pérdida de medios de vida y una creciente dependencia de la ayuda internacional. Frente a estas crisis climáticas, sumadas a las crisis políticas, la movilidad volvió a ser una estrategia de adaptación.

Hoy en día, la región del Sahel “se encuentra inmersa en una crisis sin precedentes” (ANUE, 2021, p. 5). Esta crisis es multidimensional: no solo es causada por la incapacidad de los gobiernos para controlar su territorio, sino que aquello deja el espacio para que otros actores (como grupos beligerantes o terroristas) tomen el poder. A ello se le suman la crisis económica, la crisis climática y la presencia de grupos terroristas yihadistas en la zona.

El papel de la religión en el Sahel: el rol del yihadismo

La región del Sahel es mayoritariamente musulmana, por lo que ha constituido un espacio de convivencia entre distintas formas del Islam. Sin embargo, en las últimas décadas, ciertos grupos yihadistas han utilizado esta base religiosa para fines políticos, aprovechando las tensiones y desigualdades características de la región. Esto se debe a que el yihadismo ha surgido como un terrorismo con alcance global. Para comprenderlo, es importante destacar que el término ha sido utilizado para denominar a grupos islamistas radicales, que suponen que la violencia es un medio legítimo para alcanzar sus fines.

Estos grupos comenzaron su influencia en Oriente Próximo, pero se vieron obligados a buscar zonas más seguras para desarrollar sus actividades, por lo que el Sahel constituyó una zona óptima para su extensión. El auge del yihadismo en esta región comenzó con la ocupación del norte de Malí por parte de estos grupos en 2012. Sin embargo, la reacción tanto nacional como internacional, no supo ser capaz de evitar su expansión. Por ello, el yihadismo se ha extendido a otros países como Burkina Faso y Níger. Al Qaeda y el Dáesh han ampliado su presencia en diversas áreas. Si bien están presentes en toda África, su influencia se ha incrementado en el Sahel. Esto se debe principalmente a que la región brinda las condiciones ideales para que estos grupos se asienten, como por ejemplo, gobiernos corruptos, áreas despobladas y población joven con posibilidad de ser futuros miembros.

El fenómeno del terrorismo yihadista es muy importante para comprender la inestabilidad en la región. El hecho de que el terrorismo decida ocupar ciertas áreas, responde al debilitamiento del Estado, ya que los grupos yihadistas se han instalado en espacios donde el Estado está ausente o débil, socavando aún más la autoridad estatal y generando un sistema paralelo de poder. Además, las campañas terroristas han generado el desplazamiento forzado de millones de personas, así como fracturas sociales y una profundización de la crisis económica. El terrorismo en el Sahel ya no es un problema local, ya que su extensión hace que, en la actualidad, constituya una amenaza a la estabilidad de toda África Occidental. Por ejemplo, ya están presentes en Libia e intentan expandirse por Túnez, Marruecos y Argelia. La presencia de estos grupos terroristas ha provocado que la zona sea una de las más inestables en el continente.

Terrorismo de DAESH en la región del Sahel.
https://www.elconfidencial.com/espana/2023-08-13/avispero-yihadista-sahel-agita-golpe-de-estado-niger_3717147/

En cuanto a las iniciativas para luchar contra esta amenaza, por ejemplo, se ha creado el G5 del Sahel (Burkina Faso, Chad, Mali, Mauritania y Níger), el cual constituye un “marco de cooperación regional para actuaciones de desarrollo y seguridad” (Martínez, 2020c). Sin embargo, los países carecen de recursos humanos y materiales para controlar sus territorios, por lo que las distintas estrategias no han tenido un gran impacto.

Crisis climática El cambio climático ha originado un aumento de las temperaturas del Sahel a un ritmo 1,5 veces más rápido que la media mundial[1]. La región es un claro ejemplo de los efectos del cambio climático y de los desafíos que estos suponen a los Estados de todo el mundo y, por ello, está en situación de emergencia. Es importante comprender que si no se toman medidas, se puede extender a otros continentes.

30 July 2019, Malamawa, Niger – A woman milks her goats in Malamawa village, Zinder Region, Niger on July 30, 2019. https://www.fao.org/newsroom/detail/the-sahel-and-lake-chad-regions-fao-joins-the-global-effort-to-reinforce-response-to-the-food-security-crisis/en

El principal problema causado por el cambio climático se refiere a la agricultura, ya que el fenómeno hace que la inseguridad alimentaria y la escasez de alimentos aumente enormemente. Por ejemplo, la producción de cereales se ha reducido en los últimos cinco años, por lo que, a su vez, las reservas nacionales de alimentos son bajas y los precios extremadamente altos. Por ello, las familias comenzaron a destinar el mayor porcentaje de sus ingresos en alimentos. Además, más de treinta millones de personas sufren inseguridad alimentaria en la región, además de otros problemas como la desnutrición.

En este escenario, la cantidad de personas desplazadas por causas climáticas continúa creciendo y se espera que esto avance por los próximos años. Se estima que para el año 2050, alrededor de ochenta y seis millones de personas en África Subsahariana podrían verse obligadas a dejar sus hogares debido a estos fenómenos[2].

El cambio climático, la escasez de alimentos y la inseguridad alimentaria no son un problema aislado. Esto es así porque, en medio de las crisis económicas y ambientales, grupos extremistas violentos (como los vinculados a ISIS y Al Qaeda) consolidan su presencia en comunidades vulnerables. La escasez de recursos como el agua y la tierra presenta una oportunidad para que estos grupos atraigan a personas excluidas socialmente, lo que tiene como consecuencia que aumente la fragmentación regional. Esto constituye un problema para la seguridad internacional, ya que, gracias a las condiciones climáticas y a la falta de autoridad estatal, grupos terroristas se expanden por toda la región y luego por todo el mundo. Entre los países más afectados por estos fenómenos, encontramos a Malí y Burkina Faso.
A partir de todo lo mencionado anteriormente, podemos sostener que el cambio climático presenta uno de los principales problemas que amenazan la seguridad de la región del Sahel.

Intervenciones de organismos internacionales y bloques regionales en el Sahel

Gracias a todos los desafíos que enfrenta la región del Sahel, varios organismos internacionales y bloques regionales han intervenido en la región en pos de solucionar los problemas antes mencionados.

En primer lugar, es de suma importancia tener en cuenta las intervenciones de la ONU. La principal de ellas es la operación MINUSMA (Misión Multidimensional Integrada de Estabilización en Malí), la cual tenía como objetivo “apoyar los procesos políticos en ese país y llevar a cabo una serie de tareas relacionadas con la seguridad” (United Nations Multidimensional Integrated Stabilization Mission In Mali, s. f.) luego del golpe de Estado en aquel país en el año 2012. Sin embargo, la misión no tuvo éxito, siendo que el ministro maliense de Asuntos Exteriores sostuvo que “el realismo impone la observación del fracaso de la MINSUMA, cuyo mandato no responde a los desafíos de seguridad”, exigiendo así, la retirada inmediata de Naciones Unidas. Además, la situación de seguridad en Malí seguía empeorando, lo que dificultaba que la misión cumpla su tarea.

La intervención de los cascos azules en la región del Sahel
https://ipsnoticias.net/2020/06/sahel-se-refuerza-luchar-terrorismo/mali-cascosazule-gema-cortes/

En segundo lugar, Francia ha jugado un papel central en la historia de la región, así como en la situación actual de la misma. La principal operación por parte del país fue la Barkhane, cuyo objetivo era combatir los grupos yihadistas en el Sahel. Esta operación tampoco pudo cumplir con el objetivo citado: Malí y Francia no pudieron acabar con el terrorismo por su propia cuenta. Por ello, la operación también constituyó un fracaso: la violencia aumentó, la inestabilidad política también, y la retirada francesa fue aprovechada por otros países, como Rusia, para aumentar su influencia en la zona.

En tercer lugar, es importante también mencionar las intervenciones de la CEDEAO en el Sahel. Históricamente, estas han sido varias y en distintas zonas de la región, con el objetivo de promover la estabilidad y la restauración del orden constitucional en África Occidental. Una de las más importantes fue la Misión Internacional de Apoyo a Malí (AFISMA) tras el golpe de Estado en 2012 en dicho país. El objetivo de la misma fue apoyar al gobierno en la lucha contra los rebeldes, pero luego la misión fue reemplazada rápidamente por MINUSMA, la intervención de la ONU mencionada anteriormente, por lo que constituyó un fracaso.

Otras intervenciones también se han realizado en el marco del G5 Sahel (organización intergubernamental regional creada en 2014 por Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania y Níger). El G5 Sahel es una coalición de seguridad ad hoc, autorizada por el Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana. Su objetivo es adaptarse a las diversas amenazas en la región y priorizar intervenciones según las necesidades emergentes. Sin embargo, las operaciones han enfrentado dificultades en la coordinación y ejecución de las mismas, por lo que su éxito ha sido escaso y su eficacia baja.

Además, organizaciones internacionales como el Banco Mundial y la Unión Europea han proporcionado ayuda económica a través de distintos proyectos, aunque sus resultados son diferentes dependiendo las condiciones adversas de la región.

A partir de lo mencionado anteriormente, es de suma importancia mencionar que el Sahel se ha distanciado de las potencias occidentales para acercarse más a Rusia, reforzando el papel de este país como socio de la región. Esto podría explicarse también a partir de las fallidas operaciones e intervenciones de organismos internacionales y países occidentales y su fracaso en mantener la estabilidad en la región y de cumplir con los objetivos establecidos.

Consideraciones finales

El Sahel representa, en la actualidad, uno de los mayores desafíos para la estabilidad de África, y, por ende, para la seguridad internacional. La combinación de factores internos (pobreza extrema, cambio climático y conflictos civiles) con factores externos (la intervención extranjera y el avance del yihadismo) generan un problema a analizar profundamente. No obstante, cabe considerar la situación como una oportunidad para la cooperación internacional y soluciones coordinadas y sostenibles para que el Sahel deje de ser un espacio de crisis y se convierta en una región con futuro.

Bibliografía

Al Jazeera. (2023, agosto 1). Timeline: A history of ECOWAS military interventions in three decades. https://www.aljazeera.com/news/2023/8/1/timeline-a-history-of-ecowas-military-interventions-in-three-decades

Asociación para las Naciones Unidas en España. (2021). El Sahel: La región olvidada. https://anue.org/wp-content/uploads/2021/08/El-Sahel.-La-region-olvidada.-Articulo-completo.pdf

Colchen, G. (2022, 9 noviembre). Fin oficial de la operación Barkhane: Francia promete repensar su estrategia militar en África. France 24. https://www.france24.com/es/francia/20221109-fin-oficial-de-la-operaci%C3%B3n-barkhane-francia-promete-repensar-su-estrategia-militar-en-%C3%A1frica

Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (IFAD). (s.f.). Sahel. https://www.ifad.org/es/africa-occidental-y-central/sahel#:~:text=La%20regi%C3%B3n%20pol%C3%ADtica%20del%20Sahel,Chad%2C%20Camer%C3%BAn%20y%20Nigeria

Mant, K., Patel, J., & Munasinghe, S. (2024, 28 noviembre). From Crisis to Conflict: Climate Change and Violent Extremism in the Sahel. https://institute.global/insights/geopolitics-and-security/from-crisis-to-conflict-climate-change-and-violent-extremism-in-the-sahel

Martínez, C. S. (2020). El terrorismo yihadista. El yihadismo en el Sahel amenaza a Europa. Dialnet. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7772832

MINUSMA. (s.f.). United Nations Multidimensional Integrated Stabilization Mission in Mali. Naciones Unidas. https://peacekeeping.un.org/es/mission/minusma

Cadal. (s. f.). Malí: operación Barkhane y golpe de Estado. CADAL.ORG. https://www.cadal.org/publicaciones/articulos/?id=13545

Walther, O., & Retaille, D. (2019, 5 junio). Mapping the Sahelian Space. arXiv.org. https://arxiv.org/abs/1906.02223

Haidara, B. (2024). Wie sich der Dschihadismus in der Sahelzone ausbreitet. Teil 2. Zeitschrift Für Außen- Und Sicherheitspolitik, 17(1), 27-38. https://doi.org/10.1007/s12399-023-00976-2

Camara, A. (2020). The G5 Sahel: Security Implementation and Challenges. Open Journal Of Political Science, 10(03), 493-506. https://doi.org/10.4236/ojps.2020.103030


[1] 8 IPCC. (2020). Informe de Evaluación del IPCC. Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático.

[2] Banco Mundial. (2021, 13 de septiembre). El cambio climático podría obligar a 216 millones de personas a migrar dentro de sus países para 2050.

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