El final de una Guerra Civil y el Acercamiento a una “Paz” Deseada: Sobre la Crisis del 2020 en Etiopía

Por Candelaria Rettaroli. Córdoba, Argentina.

https://elpais.com/planeta-futuro/2021-12-10/etiopia-un-ano-de-guerra-y-nueve-millones-de-damnificados.html(Photo by Yasuyoshi Chiba / AFP) / AFP PICTURES OF THE YEAR 2021

Introducción:

En 2020 Etiopía se vio sumida en una guerra civil que duró 2 años. La misma implicó el enfrentamiento entre el gobierno central de Etiopía contra el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (FLPT). Este conflicto fue conocido durante el año del 2021 por la devastadora crisis humanitaria que implicó, dónde casos de serios crímenes de guerra perpetrados resonaron a escala global. Ambas partes del conflicto fueron responsables de la escalada de violencia, pero varias organizaciones de derechos humanos, como Naciones Unidas o Amnistía Internacional, se concentraron en condenar el hecho de que el propio gobierno fue responsable de ejercer abusos y violaciones de derechos humanos en contra de su propia población. 

A finales de octubre e inicios de noviembre del 2022, la Unión Africana llevó a cabo 10 días de conversaciones de paz entre las partes contendientes en el conflicto civil que había tenido inicio en el 2020. Finalmente el 2 de noviembre -fecha en la que se cumplían los 2 años de guerra- el gobierno etíope y las fuerzas de Tigray firmaron un Tratado de Paz. A partir de este acto ambas partes se comprometieron formalmente a dar por finalizadas las hostilidades, bregar por la instauración del orden y efectiva aplicación de la ley; coordinar el mutuo desarme; y permitir un acceso a servicios de ayuda humanitaria y protección de civiles. 

La firma del Tratado de Paz resulta un hito de gran importancia, no únicamente para la población etíope que ha tenido que vivir los últimos dos años en situaciones difíciles debido a la guerra, sino también en una escala internacional y regional. Esto es tanto para sus países vecinos que se vieron comprometidos con la migraciones causadas por la guerra civil, como también debido a que el país representa un rol importante en la región de áfrica subsahariana, por lo que su estabilidad nacional es clave también para el continente africano y la región próxima a Medio Oriente.

Dos años de guerra civil:  intereses y actores

En 2020 estalló una nueva guerra civil en Etiopía, que duró 2 años en los cuales la población del país sufrió una grave crisis humanitaria. En esta guerra se vieron enfrentados el gobierno central contra el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray. Sin embargo, poder proporcionar una explicación al por qué de este hecho implica una compleja tarea, debido a que para lograr eficientemente comprender el mismo se debe tener en cuenta los diferentes sucesos históricos que acontecieron desde el siglo pasado y la presencia de diversas tensiones y rivalidades donde convergen y participan múltiples actores.

En primer lugar, es necesario comprender que Etiopía es un país multiétnico, que históricamente albergó múltiples etnias que conviven dentro de su territorio, muchas de ellas bastante similares, cuyo pueblos están altamente interconectados dado que históricamente han habido grandes y continuas olas de movilidad y migración interna, y a su vez debido a que hubo diferentes gobiernos que encabezaron políticas de unión nacional.  Por lo mismo, el clivaje principal de las guerras internas y los conflictos sociopolíticos en Etiopía es etnico, la raíz de la mayoría de las discordias nacionales parten de un enfrentamiento de intereses entre las distintas etnias que conviven en el territorio.

Dentro de la multiplicidad de etnias existentes en el país algunas de ellas cobraron un rol dominante en el escenario nacional. 

Primero se encuentra a la etnia Tigray, la misma es considerada minoritaria en el país, pero que a partir de su continua organización política desde 1975 fue tomando parte importante en el escenario político social de Etiopía. Al ser minoría, esta etnia fue reiteradamente suprimida y soslayada por gobiernos que promulgaban una hegemonía de la etnia Amhara -que es una de las mayoritarias-, engendrando un espíritu de revolución y reivindicación en las diferentes organizaciones políticas que fueron formándose en Tigray. 

Se puede observar por ejemplo cómo de esta región surgió en 1975 el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (FLPE), un actor de gran relevancia en la arena política etíope, que actuó como gran frente de resistencia en los diferentes gobiernos y épocas del país.  Este actor es, como se mencionó anteriormente, uno de los contendientes en la nueva guerra civil desatada en 2020 en Etiopía, enfrentado abiertamente al gobierno central liderado por Abiy Aamhed. 
En la historia de Etiopía la región de Tigray, incluso si representaba a una minoría étnica, obtuvo una gran fortaleza a partir de ir forjando varias coaliciones y alianzas que les permitieron intervenir y mantenerse en la escena política interna. Un claro ejemplo es el Frente Democratico Revolucionario del Pueblo Etíope (FDRPE), creado en 1988, del cuál el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray fue miembro junto con el Partido Democratico de Oromo (etnia mayoritaria del país) y otras etnias. Este actor, el Frente Democratico Revolucionario del Pueblo Etíope (FDRPE), fue uno de los partidos principales del país hasta la llegada de Ahmed, que lideró el país por varios años.

MAPA REPRESENTATIVO DE LA REGIÓN EN CONFLICTO

El FDRPE (Frente Demorcatcio Revolucionario del Pueblo de Etiopía) tomó el gobierno y rigió autocráticamente el país desde 1991, instaurando un federalismo etnico opuesto a los modelos anteriores que estaban inclinados por directrices centralistas. Como menciona Takele Bekele Bayu en su artículo “Ethnic conflict in Ethiopia: Federalism as a cause and solution” (2021), desde 1991 el gobierno se enfocó en reforzar la identidad étnica a costa de deteriorar aquellos valores y elementos comunes compartidos entre etíopes, lo cual al hacer énfasis en las diferencias terminó generando una sensación de amenaza entre identidades. Por ello, aunque el federalismo etnico era el único sistema que permitía y reconocía la diversidad de etnias, el FDRPE fracasó en establecerlo de manera democrática y armoniosa. Por ejemplo, fueron el gobierno que decidió entrar en guerra en 1998 con su país vecino Eritrea, además de estar acusados de varias violaciones a los derechos humanos. 

Otro actor a destacar es Abiy Ahmed, el nuevo Primer Ministro desde 2018, que propuso “traer paz”al finalizar el gobierno de el FDRPE. Abiy en sus inicios de gobierno decidió poner fin a los conflictos fronterizos con Eritrea, encarceló a ex-funcionarios militares acusados de crímenes a los derechos humanos y pareció optar por un gobierno no autoritario. Por estas medidas en 2019 fue ganador del Premio Nobel a la Paz, aunque varios medios consideraron que lo mismo fue más que todo un gesto de voto de fe, con el propósito de motivar a su gobierno a que continúe este trayecto en el que se había encaminado, al ser de gran importancia para la sociedad internacional que Abiy cumpla su cometido de pacificar y estabilizar la situación interna en Etiopía, y lograr finalizar con esta histórica discordia nacional.

Por otro lado, también se encuentra Eritrea, país vecino a Etiopía, que también cumplió un rol central en la actual guerra civil. En 1998, durante el gobierno del FDRPE, los países vecinos entraron en guerra por cuestiones fronterizas. Fue en el 2000 que finalmente Eritrea pierde la guerra, pero a su finalización nunca se volvieron a establecer relaciones amistosas con Etiopía, quedando ambos países en una situación de “no guerra, no paz”. No fue hasta que asume el Primer Ministro Abiy que el conflicto entre ambos países llega a su fin. Ahora frente a una nueva guerra civil, Eritrea se posiciona al lado del gobierno de Etiopía, enfrentados bélicamente contra Tigray, tanto por pasados altercados como por la idea de poder recuperar territorios perdidos. 

Asimismo también se encuentran los Amhara, los mismos han sido una etnia mayoritaria en Etiopía que han dominado por varios años en los diferentes gobiernos, ejerciendo lo que para Tigray era un “estado amharizado” ya que los gobiernos reflejaban y protegían lo que se percibían como la cultura, lengua y valores de los Amhara. Luego cuando asumió el gobierno en 1991 el FDRPE decidió establecer justamente un federalismo etnico eliminando la hegemonía amhara. En los años de gobierno del FDRPE los Amhara fueron perdiendo varios territorios, lo que llevó a que en esta nueva guerra civil que se desató en 2020 luchen contra Tigray para reivindicar lo que ellos consideraban como territorios arrebatados. Hay que tener en cuenta que en países como Etiopía que giran en gran parte sobre la vida rural, la tierra es esencial, representando tanto la pertenencia, el trabajo, y el estado social. 

En este sentido, desde el siglo pasado múltiples actores se han visto enfrentados reiteradamente, bajo un conflicto persistente en torno a dos diferentes directrices opuestas: la primera es aquella que el FDRPE estableció en 1991, un el “federalismo etnico”, que como se mencionó previamente busca resaltar las diferencias y las características particulares de cada etnia rehusando a que ninguna de las mismas sea discriminada. Y en segundo lugar aquella promovida por el gobierno de Abiy desde 2018, la “medemer” -que significa sinergia o suma en Amharic-, que busca justamente volver a unir a la sociedad etíope, revigorizado el “ethiopianwinet” o “etiopianness” que sería el “ser etíope” la identidad nacional, lo compartido y lo que tenemos todos en común.

Por ello es importante tener en cuenta que en Etiopía la principal causa de conflicto son las disputas étnicas, construyéndose como el mayor desafío político poder darle solución a las mismas.

Por un lado, los gobiernos previos a 1991 no garantizaban los derechos de las minorías étnicas, mientras que luego el federalismo étnico causó profundas rupturas descuidando la construcción de la unidad nacional. Ahora con el gobierno de Abiy vuelven pasados discursos que plantean como objetivo promover una sociedad homogénea y una identidad común, lo cual genera que etnias como Tigray y sus correspondientes actores políticos -como el FLPT-, se vuelvan desconfiados de que lo mismo implique nuevamente suprimir la diversidad de etnias que conviven en el territorio.

La guerra civil se desató finalmente en el año 2020 como resultado de diferentes acciones que armaron las condiciones para el campo de batalla. Previamente, en los dos años de gobierno de Abiy, el mismo prohibió el partido del FDRLE y estableció en cambio el Partido Prosperidad (PP). Luego, debido a que las elecciones nacionales se fueron posponiendo (alargando el gobierno de Abiy) Tigray decidió responder declarando que iban a llevar a cabo sus propias elecciones regionales, y que cualquier acto de parte del gobierno central sería considerado directamente un acto ofensivo. Pero Abiy no iba a permitir este acto de insubordinación, y decidió intervenir luego de que una base militar cerca de la región de Tigray fuera atacada. Así comenzó una guerra cruenta que duró dos años, el ganador del Premio a la Paz fue partícipe de un conflicto que dañó al pueblo etíope en gravedad. 

La importancia del conflicto

La importancia de revisar este conflicto, aun cuando ya se han logrado establecer los primeros pasos para una paz nacional, es debido a que la comprensión del mismo nos permite entender a su vez la realidad de la región del África subsahariana. Incluso si los conflictos étnicos toman parte principal en múltiples países del continente africano, poder revisar el caso de Etiopía otorga una mayor comprensión de otros conflictos en la región, mayor entendimiento de la particularidad de los mismos, y esto a su vez permite conjeturar soluciones u opiniones sobre el mismo más acertadas. 

Siendo Etiopía uno de los países referente de África, es relevante poder observar sus actuaciones tanto a nivel internacional como a nivel regional pero también los conflictos que suceden a nivel interno. No es solo el país con mayor población en el continente sino que además posee una posición geográfica estratégica en el Cuerno de África, que es a su vez considerado una de las zonas con mayor valor estratégico en el mundo. Por otro lado, Etiopía ejerce un rol central en el continente africano, al haber sido elegido como líder de las comisiones de Naciones Unidas para la mantención de la paz en Somalia, Sudan y Sudan del Sur.  

Esta confianza en el país como mediador de múltiples conflictos regionales representa la percepción que se tiene del mismo como un país “líder». Asi mismo que ha forjado una relación de cooperación “antiterrorista” con Estados Unidos a partir de operaciones contra al-Shabab (movimiento yihadista terrorista que opera en el Cuerno de África), este hecho acercó al país etíope a la esfera occidental. A su vez se tiene presente que incluso en 2021, donde Etiopía enfrentaba 1 año de guerra civil, se posicionó como el 6° país con PIB más alto en el continente africano, mostrando que posee una economía importante y relativamente bien posicionada en la región africana.

Por ello, como algunos teóricos internacionalistas proponen, las instancias internas de cada país pueden ser determinantes en su política exterior, por lo que, más que considerar a cada país como una caja negra, con indiferencia a su situación interna, debemos bregar por un contexto estable y pacifico internamente en cada país, para así mejorar a su vez las relaciones internacionales. 

Por otra parte , desde una perspectiva humanitaria, es importante tener presente que dicho conflicto fue referenciado a escala internacional como uno de los más graves del siglo XX, sin ir más allá la ONU lo declaró en 2021 como una de las crisis humanitarias más preocupantes del año. Durante la guerra civil desatada en 2020 hubo al menos 5.1 millones de desplazados internamente en el plazo de 12 meses, convirtiendo a Etiopía en el país con el mayor número de desplazados en el año 2021. Por otro lado la destrucción de las ciudades y hogares fue devastadora, causando que muchas personas perdieran donde vivir, quedando totalmente desamparadas.

Incluso se acusó al gobierno central de, que con el objetivo de sitiar una ciudad enemiga, no sólo cortar todos los fondos nacionales, las telecomunicaciones y electricidad, sino de usar el hambre como táctica de guerra, siendo esto un gravísimo crimen de guerra contra los civiles que tuvieron que sufrir las duras consecuencias. Uno de los problemas más graves fueron las crisis de hambre, millones de personas fueron confinadas a no poder acceder a comida ni agua, elevando de manera drástica las estadísticas de malnutrición infantil. También el gobierno central echó en 2021 a comisiones de Naciones Unidas, lo cuál hizo aún más difícil la ayuda humanitaria. 

Por otro lado, una investigación llevada en conjunto por Naciones Unidas y la Comisión Etíope de Derechos Humanos, reveló que en el conflicto las partes habían hecho uso de una extrema y brutal  violencia de género, habiendo varios casos de violaciones y otros tipos de violencia sexual como método para degradar y deshumanizar a las victimas. Además Amnistía Internacional también publicó un reporte donde mostraba testimonios de cómo los rebeldes de Tigray habían violado y violentado a varias mujeres en un ataque realizado en una ciudad localizada en la región de Amhara. 

Conclusión

Frente a la firma del Tratado de Paz entre las partes a finales de 2022, la sociedad internacional queda en una posición de esperar que la misma en esta oportunidad sea duradera. No hay que perder de vista que a pesar de que se considere finalizada la guerra civil, las tensiones y conflictos éticos subyacentes en la sociedad etiope improbablemente se vean solucionados únicamente con el Tratado firmado. Y por ello, en base a los horrores que han tenido que vivir el pueblo de Etiopía, es no únicamente preferible, sino totalmente necesario, estar atentos a que no recaiga el país nuevamente en una situación de conflicto. 

Por otro lado, el conflicto abrió la puerta a varias interrogantes, entre ellas, incluso cuando la guerra civil en Etiopía fue declarada como una de las crisis humanitaria más preocupante en 2021 ¿por qué hubo un bajo reportaje en los medios sobre este, y otros conflictos de la misma índole? ¿Qué responsabilidad tenemos como sociedad frente a estas situaciones?. La respuesta a esta última pregunta podría ser informarnos más y generar más conciencia de los abusos a los derechos humanos que suceden paralelamente en el mundo,  sobretodo en aquellos países que poseen como gran enemigo la invisibilización por parte de los medios internacionales, dada por diferentes motivos, algunas veces por que los mismos son considerados países “poco relevantes”.

https://abcnews.go.com/Politics/biden-addresses-ethiopias-tigray-crisis-famine-looms-large/story?id=77930030

Fuentes de consulta:

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